BOLETIN DE SEMILLAS
FORESTALES NATIVAS
Junio 2013
EEA Bariloche– EEA Esquel
Desde hace más de 15 años el INTA
trabaja en la domesticación de algunos Nothofagus
nativos de alta potencialidad productiva: el Raulí, el Roble Pellín y la Lenga.
Además de su importancia ecológica y productiva en los bosques naturales que
conforman, estas especies se proyectan como una alternativa muy interesante
para ser utilizadas en plantaciones, tanto con fines de recuperación de áreas
degradadas como comerciales, incluyendo sistemas de enriquecimiento del bosque
nativo.

Hasta hace poco, la producción en vivero
de plantas de estas especies requería un manejo casi artesanal y al menos 3
años hasta la obtención de una planta adecuada para llevar al campo. Estas
limitaciones atentaban contra el interés de los viveros forestales para su
producción a escala. En la actualidad, y como resultado de años de trabajo en la
cosecha, manejo de semillas y técnicas de viverización, se han logrado ajustar
protocolos que han reducido los tiempos de producción a una única temporada.
Este importante avance, conjugado con un interés genuino en la forestación con
estas especies, redoblado a partir de la puesta en vigencia en 2009 de la Ley
Nacional Nº 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los
Bosques Nativos, han impulsado una creciente demanda de semillas de estas
especies, la que a su vez reclama seguridad en la identificación de orígenes,
una mínima calidad genética y descriptores básicos de calidad comercial que
permitan certidumbre en el manejo de vivero.
Por otro lado, en estas especies se
conjugan tres características biológicas que dificultan el aprovisionamiento de
sus semillas: una marcada ciclicidad en la producción de semillas, un alto
porcentaje de semillas vanas y una limitada área de distribución natural en el
caso particular del Roble y el Raulí.
Atento a esta situación, el INTA en
asociación con Parques Nacionales ha tomado el compromiso de procurar la
satisfacción de la demanda de semilla de estos Nothofagus, al menos hasta tanto el interés privado se involucre en
este objetivo. De este modo, un convenio entre INTA y Parques Nacionales ha
permitido la cosecha desde 1994 de algunos rodales naturales seleccionados por
sus cualidades silvícolas y accesibilidad. Entre ellos se han definido dos Áreas
Productoras de Semillas (APS) en la cuenca del Lago Lácar, una para Raulí y
otra para Roble, donde se han removido árboles defectuosos o enfermos de modo
de lograr una mejora en la calidad genética de las semillas producidas. Estas
dos APS se encuentran registradas en el INASE y se cosechan todos los años por
medio de redes colocadas bajo el dosel arbóreo (“cosecha masal”).
Además de estas dos APSs, también se han
definido otros sitios de recolección de semilla en el bosque natural de Roble
Pellín y de Raulí, en los que cada año se decide su cosecha según la
productividad de semillas. En estos casos la cosecha no se realiza con redes
sino por medio de tijeras de altura, de modo que pueden identificarse con
precisión los árboles que son cosechados (“cosecha individual”). Asimismo,
dadas las limitantes biológicas descriptas de la productividad de semillas en
los ecosistemas naturales, el INTA trabaja desde hace años procurando instalar
forestaciones ex situ que funcionen como
fuentes de semillas de estas dos especies. La descripción de los avances hasta
el momento la dejamos para nuestro próximo boletín, pero adelantamos que
recientemente contamos con semilla de procedencia de la Estación Agroforestal
de Trevelin, aunque en volúmenes aún muy exiguos.
En todos los casos el INTA certifica el origen
y la procedencia de la semilla y asegura la inclusión de al menos 20 árboles en
el pool de cosecha. Ambas características son esenciales, la primera porque la
adaptabilidad y performance de todos los orígenes no son iguales en todos los
sitios de plantación. Así, y hasta tanto no se cuente con información de
ensayos de procedencias, siempre es recomendable utilizar la procedencia local
para cualquier forestación. En cuanto a la inclusión de al menos 20 árboles,
esto permite asegurar un mínimo de diversidad genética en la futura plantación,
lo que puede ser crucial para su adaptación frente a los cambios ambientales
que deberán atravesar los árboles en el transcurso de su existencia.
Luego en laboratorio, el INTA realiza
dos análisis básicos que permiten programar las actividades de siembra y
producción de plantas. Estos son los análisis de pureza y de viabilidad. El
primero es necesario puesto que los lotes de semillas siempre van acompañados
de restos estériles que deben cuantificarse para poder calcular cuantas
semillas realmente hay en el lote.
Mucha
semilla no es sinónimo de buena
semilla; es factible tener años de gran producción de semilla pero con altos
porcentajes de semilla vana. Por ésta razón, tanto en años de alta como de baja
producción, se estima la viabilidad a través del corte de una
muestra de semillas. Esta determinación es particularmente relevante en estas
especies porque el porcentaje de vanas suele ser elevado y muy variable entre
sitios y entre años, con rangos que van del 40 % hasta casi el 100 % en algunos
casos. Esto obliga a vender la semilla por “unidad de semilla llena” y no por
peso, como es habitual en el comercio de otras especies forestales, ya que en un
kilo de semillas limpias pueden haber cantidades tan variables de semillas
llenas como más de 100.000 o menos de 1000. En algunos casos se avanza además
hasta un ensayo químico, “la prueba del tetrazolio”, que comprueba si la
semilla llena está “viva”, dando entonces información más fehaciente sobre la
viabilidad de la semilla. Sin embargo por su costo este ensayo no se aplica de
rutina.
La mayor parte de la semilla de estas
especies se obtiene hasta el momento de bosques naturales, cuya producción
varía entre años de semillazón media, alta y casi nula. Esto dificulta y
encarece la actividad de cosecha, por lo que el INTA ha decidido contribuir a
la promoción de estas especies con un precio que no representa los verdaderos
costos de esta tarea. En cambio, se ha decidido fijar un precio en base a los
de otras especies que ya cuentan con un circuito económico en la región y que
se toman como referencia. Esta decisión motiva que la semilla se venda
exclusivamente para el uso directo de los viveros compradores, y no para la
re-venta o la formación de stock. El precio fijado para las tres especies por
igual es actualmente de 0,04 $ por unidad de semilla llena, la que está
contenida en un peso variable según la especie y el lote, a calcular en cada
caso en función de las impurezas y el porcentaje de llenas del lote.
La producción de semillas de la
temporada 2012 fue en general muy buena para Lenga en la región norte
(Bariloche – San Martín de los Andes), y para Roble Pellín, pero muy mala para
Lenga en la región sur (Esquel) y para Raulí. En 2013 la producción fue media
para Roble Pellín y en general mala para Lenga y Raulí. En este momento
disponemos para la venta los siguientes lotes:
Semilla disponible para la venta en el marco del Convenio APN - INTA
Especie
|
Procedencia
|
Año cosecha
|
Nº sem. llenas
(corte) c/100 gr
|
Nº sem.
viables (tetraz.) c/100 gr
|
Precio
del lote por 100 gr
|
Lenga
|
Cerro Otto
|
2012
|
1050
|
775
|
40 $
|
Roble
|
APS Yuco Alto
|
2012
|
3090
|
sin datos
|
120 $
|
APS Yuco Alto
|
2013
|
3350
|
sin datos
|
135 $
|
APS Yuco Alto
|
2013
|
5550
|
3400
|
220 $
|
Pilo-Lil
|
2013
|
2945
|
sin datos
|
120 $
|
Raulí
|
APS Yuco
Alto
|
2013
|
4660
|
sin datos
|
190 $
|