lunes, 15 de julio de 2013

Semillas Forestales Nativas

BOLETIN DE SEMILLAS FORESTALES NATIVAS
Junio 2013
EEA Bariloche– EEA Esquel
 
 
Desde hace más de 15 años el INTA trabaja en la domesticación de algunos Nothofagus nativos de alta potencialidad productiva: el Raulí, el Roble Pellín y la Lenga. Además de su importancia ecológica y productiva en los bosques naturales que conforman, estas especies se proyectan como una alternativa muy interesante para ser utilizadas en plantaciones, tanto con fines de recuperación de áreas degradadas como comerciales, incluyendo sistemas de enriquecimiento del bosque nativo.
 
 
Hasta hace poco, la producción en vivero de plantas de estas especies requería un manejo casi artesanal y al menos 3 años hasta la obtención de una planta adecuada para llevar al campo. Estas limitaciones atentaban contra el interés de los viveros forestales para su producción a escala. En la actualidad, y como resultado de años de trabajo en la cosecha, manejo de semillas y técnicas de viverización, se han logrado ajustar protocolos que han reducido los tiempos de producción a una única temporada. Este importante avance, conjugado con un interés genuino en la forestación con estas especies, redoblado a partir de la puesta en vigencia en 2009 de la Ley Nacional Nº 26.331 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, han impulsado una creciente demanda de semillas de estas especies, la que a su vez reclama seguridad en la identificación de orígenes, una mínima calidad genética y descriptores básicos de calidad comercial que permitan certidumbre en el manejo de vivero.
Por otro lado, en estas especies se conjugan tres características biológicas que dificultan el aprovisionamiento de sus semillas: una marcada ciclicidad en la producción de semillas, un alto porcentaje de semillas vanas y una limitada área de distribución natural en el caso particular del Roble y el Raulí.
Atento a esta situación, el INTA en asociación con Parques Nacionales ha tomado el compromiso de procurar la satisfacción de la demanda de semilla de estos Nothofagus, al menos hasta tanto el interés privado se involucre en este objetivo. De este modo, un convenio entre INTA y Parques Nacionales ha permitido la cosecha desde 1994 de algunos rodales naturales seleccionados por sus cualidades silvícolas y accesibilidad. Entre ellos se han definido dos Áreas Productoras de Semillas (APS) en la cuenca del Lago Lácar, una para Raulí y otra para Roble, donde se han removido árboles defectuosos o enfermos de modo de lograr una mejora en la calidad genética de las semillas producidas. Estas dos APS se encuentran registradas en el INASE y se cosechan todos los años por medio de redes colocadas bajo el dosel arbóreo (“cosecha masal”).
Además de estas dos APSs, también se han definido otros sitios de recolección de semilla en el bosque natural de Roble Pellín y de Raulí, en los que cada año se decide su cosecha según la productividad de semillas. En estos casos la cosecha no se realiza con redes sino por medio de tijeras de altura, de modo que pueden identificarse con precisión los árboles que son cosechados (“cosecha individual”). Asimismo, dadas las limitantes biológicas descriptas de la productividad de semillas en los ecosistemas naturales, el INTA trabaja desde hace años procurando instalar forestaciones ex situ que funcionen como fuentes de semillas de estas dos especies. La descripción de los avances hasta el momento la dejamos para nuestro próximo boletín, pero adelantamos que recientemente contamos con semilla de procedencia de la Estación Agroforestal de Trevelin, aunque en volúmenes aún muy exiguos.
En todos los casos el INTA certifica el origen y la procedencia de la semilla y asegura la inclusión de al menos 20 árboles en el pool de cosecha. Ambas características son esenciales, la primera porque la adaptabilidad y performance de todos los orígenes no son iguales en todos los sitios de plantación. Así, y hasta tanto no se cuente con información de ensayos de procedencias, siempre es recomendable utilizar la procedencia local para cualquier forestación. En cuanto a la inclusión de al menos 20 árboles, esto permite asegurar un mínimo de diversidad genética en la futura plantación, lo que puede ser crucial para su adaptación frente a los cambios ambientales que deberán atravesar los árboles en el transcurso de su existencia.
Luego en laboratorio, el INTA realiza dos análisis básicos que permiten programar las actividades de siembra y producción de plantas. Estos son los análisis de pureza y de viabilidad. El primero es necesario puesto que los lotes de semillas siempre van acompañados de restos estériles que deben cuantificarse para poder calcular cuantas semillas realmente hay en el lote.
Mucha semilla no es sinónimo de buena semilla; es factible tener años de gran producción de semilla pero con altos porcentajes de semilla vana. Por ésta razón, tanto en años de alta como de baja producción, se estima la viabilidad a través del corte de una muestra de semillas. Esta determinación es particularmente relevante en estas especies porque el porcentaje de vanas suele ser elevado y muy variable entre sitios y entre años, con rangos que van del 40 % hasta casi el 100 % en algunos casos. Esto obliga a vender la semilla por “unidad de semilla llena” y no por peso, como es habitual en el comercio de otras especies forestales, ya que en un kilo de semillas limpias pueden haber cantidades tan variables de semillas llenas como más de 100.000 o menos de 1000. En algunos casos se avanza además hasta un ensayo químico, “la prueba del tetrazolio”, que comprueba si la semilla llena está “viva”, dando entonces información más fehaciente sobre la viabilidad de la semilla. Sin embargo por su costo este ensayo no se aplica de rutina.
La mayor parte de la semilla de estas especies se obtiene hasta el momento de bosques naturales, cuya producción varía entre años de semillazón media, alta y casi nula. Esto dificulta y encarece la actividad de cosecha, por lo que el INTA ha decidido contribuir a la promoción de estas especies con un precio que no representa los verdaderos costos de esta tarea. En cambio, se ha decidido fijar un precio en base a los de otras especies que ya cuentan con un circuito económico en la región y que se toman como referencia. Esta decisión motiva que la semilla se venda exclusivamente para el uso directo de los viveros compradores, y no para la re-venta o la formación de stock. El precio fijado para las tres especies por igual es actualmente de 0,04 $ por unidad de semilla llena, la que está contenida en un peso variable según la especie y el lote, a calcular en cada caso en función de las impurezas y el porcentaje de llenas del lote.
La producción de semillas de la temporada 2012 fue en general muy buena para Lenga en la región norte (Bariloche – San Martín de los Andes), y para Roble Pellín, pero muy mala para Lenga en la región sur (Esquel) y para Raulí. En 2013 la producción fue media para Roble Pellín y en general mala para Lenga y Raulí. En este momento disponemos para la venta los siguientes lotes:
 
Semilla disponible para la venta en el marco del Convenio APN - INTA
Especie
Procedencia
Año cosecha
Nº sem. llenas (corte) c/100 gr
Nº sem. viables (tetraz.) c/100 gr
Precio del lote por 100 gr
Lenga
Cerro Otto
2012
1050
775
40 $
Roble
APS Yuco Alto
2012
3090
sin datos
120 $
APS Yuco Alto
2013
3350
sin datos
135 $
APS Yuco Alto
2013
5550
3400
220 $
Pilo-Lil
2013
2945
sin datos
120 $
Raulí
APS Yuco Alto
2013
4660
sin datos
190 $
 
 
Para consultas
y compras
Abel Martínez martinez.abel@inta.gob.ar – 0294 4422731 (INTA EEA Bariloche)
Teresa Schinelli tschinelli@correo.inta.gov.ar – 02945 478-319 (INTA EEA Esquel)